Andreas Stauffiger, un bombero suizo de 43 años, es adicto a los tatuajes y al dolor que estos provocan. El hombre originario de Basilea tiene más de 60 de estas obras en todo su cuerpo, las que asegura, le han servido para poder salvar más vidas, al aprender a controlar el dolor.
Stauffiger se hizo su primer tatuaje con solo 18 años, y varias décadas después, su cuerpo está cubierto de ellos, gastándose más de 30.000 dólares en el proceso.
Según contó al diario Daily Star, pasados los años se ha dado cuenta de que es una adicción: «Necesito hacerme más, y ni siquiera tengo inspiración. Es como los insectos: van hacia la luz, porque esa es su naturaleza. Para mí y mi adicción a los tatuajes es lo mismo, necesito tatuarme».
El suizo está convencido que el dolor depende más del estado físico en general al hacerte el tatuaje, que de la zona donde te lo hagas. «El dolor se puede entrenar», aseguró.
«Algunas personas piensan que mi tolerancia al dolor es muy alta, pero eso no es cierto. Aprendí a manejarlo. Esta habilidad me ayuda en mi rutina diaria, tanto laboralmente como bombero. Tan pronto como siento dolor, bien físico o mental, puedo manejarlo. Comienzo a respirar lenta y profundamente, y me mantengo alerta al momento en que viene el dolor para poder eliminarlo«, insistió.
El bombero es muy activo en Instagram, donde muestra sus tatuajes y los pormenores de su día a día.
Foto: Instagram.