A medida que pasan los días se van conociendo detalles y las circunstancias que rodearon la muerte de Diego Maradona, quien dejó de existir el pasado 25 de noviembre a los 60 años.
Según Dahiana Gisela Madrid, la enfermera que estaba en la casa del astro argentino en la mañana en que murió, la empresa que la contrató la obligó a mentir.
En el primer informe, la mujer señaló que había intentado realizarle «controles de signos vitales» y que el exjugador se había negado. Sin embargo, ese chequeo médico nunca sucedió.
En su primera declaración ante la fiscal Laura Carpa, afirmó que a las 7.30 escuchó a Maradona moverse en la habitación de la casa del country San Andrés. En ese momento no ingresó y lo «dejó dormir», según señala Página 12.
Ahora, el abogado de la enfermera, Rodolfo Baqué, aseguró que su clienta nunca tuvo contacto con Maradona y defendió que mintiera en el informe de la Fiscalía.
«Dijo que el paciente, Maradona, se negó a ser revisado por ella. Pero no fue así exactamente, sino que en ningún día salvo el primero pudo darle la medicación. Es decir, no tenía acceso directo para tratarlo, pero no ese día, sino siempre», indicó.
Baqué agrega que Maradona se golpeó la cabeza días antes de su muerte y que en ese momento no se llamó a la clínica. «Unos días antes de morir, Maradona se cayó y se pegó en la cabeza. No fue mayor el golpe, pero se dio en el lado derecho, el contrario al de la operación».
«Enseguida fue levantado. Nadie llamó a una clínica, quizá por decisión de Maradona. Pero él no estaba en disposición de decidir eso. Se pasaba tres días encerrado en su habitación, sin ni siquiera ver la televisión», agrego.
El abogado de la enfermera afirma que Maradona tenía 109 pulsaciones por minuto, «cuando todos sabemos que un paciente coronario no puede pasar de los 80 de frecuencia cardiaca».
Según Baqué, el astro argentino no estaba recibiendo los cuidados adecuados para un paciente como su tipo «Podía haberse alojado en la clínica más lujosa del mundo y estaba en un lugar inhabilitado. De no haber estado allí, hoy probablemente no estaría muerto».
Foto: Shutterstock