La soledad y la búsqueda de la media naranja ha hecho que muchos estafadores embauquen a sus víctimas a través de las aplicaciones de citas, logrando estafarlas con sumas millonarias.
Es lo que le ocurrió a Eva Kedoula, una profesora de matemáticas de 53 años residente de Cricklewood, un suburbio de Londres, que cayó en las garras de un estafador que conoció Facebook Dating, la herramienta para encontrar pareja de la popular red social.
«Estaba buscando amor, pero el estafador de Facebook me engañó para que les diera 35.000 libras esterlinas», dice Kedoula al periódico Mirror.
El estafador, que se hacía llamar Jesse de 34 años, la enamoró y luego de semanas de estar interactuando por Internet le sugirió colocar una suma de dinero en un sitio web de inversión en divisas, que según él, era confiable y que la haría millonaria.
Depositó 5 mil libras esterlinas y luego recibió una serie de mensajes del software falso que le aseguraba grandes ganancias.
Después hipotecó su casa e invirtió decenas de miles de libras. La cifra se acumuló hasta un total de 35 mil libras esterlinas.
«Mordí el anzuelo. Se conectó a mi codicia. Había muchas cosas que lo hacían parecer legítimo. Me hizo pensar que estaba ganando dinero, así que pedí prestado dinero que no tenía», reconoce esta madre de dos hijos.
Después de quince días, Eva trató de retirar su dinero, pero la aplicación le dijo que tendría que invertir aún más en la cuenta para acceder a sus fondos. Cuando se negó, amenazaron con llamar a Interpol y la acusaron de delincuente.
«Ya no podía mentirme a mí misma. Le envié un mensaje a Jesse y él trató de convencerme de que algo había hecho mal». dice la mujer.
«Pensé que la aplicación era legítima. Ignoré las advertencias», agrega.
Kedoula fue a la Policía a denunciar la estafa a Action Fraud, que investiga los delitos cibernéticos. Aunque están investigando el hecho, los expertos temen que los estafadores nunca sean atrapados porque operan en todo el mundo.
«Es una estafa sofisticada que vale millones y está operando en todo el mundo», dice ex detective Mark Williams-Thomas.
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