La gimnasta Simone Biles impactó a todos quienes siguen los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. La estrella estadounidense se retiró este martes de las finales de gimnasia artística por equipos, lo que ha generado especulaciones acerca de los motivos.
La medallista de oro en los Juegos de Río 2016 solo alcanzó a disputar con su equipo la prueba de salto, donde alcanzó un puntaje de 13.766, el peor de Estados Unidos. Tras la ejecución de la prueba, se vio a Biles abandonar el escenario acompañada por parte del equipo médico.
Luego regresó ya vestida junto sus compañeras de equipo, momento en que les comunicó que ya no volvería a competir y que sería sustituida por Sunisa Lee en las barras asimétricas, y que tampoco estaría en la barra de equilibrio y en el suelo. «Chicas, salgan ahí y hagan lo que entrenaron. Lo siento. Las quiero, lo harán bien. Han entrenado toda la vida para esto. Estoy bien», les dijo y se apartó junto a su entrenadora, Aimee Boorman.
Una vez en la zona mixta, explicó a las cámaras de la NBC, la televisión que tiene los derechos en Estados Unidos: «Físicamente me encontraba bien, me veía en buena forma, pero internamente necesitaba dar un paso a un lado. Ahora necesito unos días para intentar un nuevo inicio».
La incógnita sobre si estará en el concurso completo el jueves, es decir, en 48 horas, y sobre si competirá en los aparatos a partir del domingo continúa. Sin embargo, todo parece deberse a la presión que existe sobre ella, la que ya no ha aguantado más, consigna El Mundo.
Por algunos problemas en el tobillo que tuvo en el pasado se especuló sobre una posible lesión como motivo de su marcha, pero estaría descartado. De hecho, el resto de la competición se lo pasó animando a sus compañeras con todas sus fuerzas, dando saltos, gritando, aplaudiendo y, al acabar la misma, felicitó a todo el equipo ruso por la victoria. En ningún momento se puso hielo y en ningún momento se sentó, señal de su entereza física. Pese a su «paso a un lado», se comportó como la leyenda que es con sus compañeras, con sus rivales y, posteriormente, con la prensa.
Dos días antes ya había avisado de que el papel de estrella olímpica le estaba pesando en exceso. En la clasificación realizó dos errores extraños en sus aparatos preferidos, el suelo y el potro, y unas horas después escribió un texto esclarecedor en Instagram. «Siento el peso del mundo sobre mis hombros a veces. Sé que me lo quito de encima y hago que parezca que no me afecta, pero… ¡maldita sea, a veces es difícil! ¡Los Juegos no son una broma», comentó y, al parecer, esa presión terminó siendo determinante.
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