El 28 de junio de 1997 se concretó la revancha que Mike Tyson había pedido a Evander Holyfield, luego que lo venciera por knockout técnico en noviembre de 1996.
Pero lo que nadie imaginaba esa noche en el MGM de Las Vegas es que el nacido en Brooklyn le mordería la oreja a su rival. «Cuando me mordió en la oreja, supe que eso no era parte del boxeo, y estaba muy, muy molesto», recordó hace unos meses el propio Holyfield.
Tyson por su parte reveló hace un tiempo que no estaba en sus cabales cuando atacó a su oponente. «Estaba drogado cuando le arranqué parte de una oreja a Evander Holyfield», recordó.
En la previa de su esperado regreso al cuadrilátero, Tyson afirmó que «quería matar» a su oponente. «Lo mordí porque quería matarlo. Estaba muy enojado porque mi cabeza fue golpeada y todo eso», dijo en conversación con el comentarista deportivo, Jim Gray.
«De hecho, perdí el conocimiento de todo el combate. Me sacó de mi plan del combate», agregó el ex campeón de pesos pesados.
Al ser consultado si lo volvería a hacer, Tyson dijo que no, siempre y cuando Holyfield no se «gane» otra mordida. «No, nunca más. Pero podría hacerlo otra vez. Bueno, si hace lo que estaba haciendo para ser mordido, lo mordería otra vez», afirmó.
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