«Siento tristeza de que no haya hecho ninguna otra de las películas que iba a hacer. George es una persona realmente brillante y talentosa», dijo su amigo y colega.
Francis Ford Coppola y George Lucas son parte del Nuevo Hollywood, una fascinante etapa del cine estadounidense que dio grandes exponentes del Séptimo Arte y producciones que se transformaron en películas de culto, admiradas por millones de personas en el mundo.
En esos años se forjó la amistad entre ambos directores. Coppola fue algo parecido a un mentor para el creador de «Star Wars» en esa época, hasta el punto de que el crítico Peter Biskind dice que en su libro «Easy Riders, Raging Bulls» (1998), que Obi-Wan Kenobi había sido desarrollado por Lucas teniendo al director de «El padrino» como referencia.
Sea esto cierto o una mera licencia literaria, la relación de Lucas y Coppola tiene décadas, y a ambos últimamente les está dando por ponerse reflexivos. Hace pocos días, Lucas rememoró lo doloroso que había sido venderle Lucasfilm a Disney, y ahora Coppola (que estrenó recientemente la reedición de «El padrino III» con el título «El padrino, epílogo: La muerte de Michael Corleone») habló con Vulture sobre la carrera de su amigo, lamentando los derroteros que tomó a partir de 1977.
«Sí, creó algo que llenó el mundo de felicidad, alegría, placer e incluso sabiduría», afirmó sobre el inicio de «Star Wars». «Cualquier beneficio que saque de ahí, se lo merece del todo. Pero si siento tristeza por algo, es porque no haya hecho ninguna otra de las películas que iba a hacer. George es una persona realmente brillante y talentosa», agregó.
En los años 70, Lucas fue parte del grupo de jóvenes cineastas llamados a cambiar Hollywood, que incluía nombres como Martin Scorsese, Steven Spielberg, el propio Coppola o, precedentes de una generación previa, como Brian De Palma, Robert Altman o Sidney Lumet. Gran parte de estos quedaron fascinados con el estreno en 1973 de «American Graffiti», dirigida por Lucas con su maestro Coppola ejerciendo de productor. Este film, precisamente, es la prueba para el director de «El padrino» de todo lo que podría habernos dado George más allá de «Star Wars». «Solo échale un vistazo a American Graffiti y comprueba toda su innovación. Debimos haber tenido más de eso», recalcó.
Tras «Una nueva esperanza», George Lucas solo volvió a dirigir en tres ocasiones más, en la vilipendiada trilogía de precuelas compuesta por «La amenaza fantasma», «El ataque de los clones» y «La venganza de los Sith». En calidad de productor, por otra parte, sí que ha estado algo más ocupado, como demuestran las películas restantes de la trilogía original de «Star Wars» y otros títulos posteriores como la saga de «Indiana Jones», «Willow», «Howard el pato», «En busca del valle encantado» o ya en 2012 el drama bélico «Escuadrón rojo», cuyo fracaso comercial y crítico motivó su abandono definitivo del cine.
«Ha llegado un punto en el que ya no quiero tocar el tema, pero pienso en él como un hermano pequeño», finalizó Coppola.
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