Las finanzas personales cambian al momento de casarse o convivir en pareja. Los solteros tienen más independencia económica y pueden complacer los caprichos que deseen. En cambio, los ingresos de los recién casados, sufren un cambio, ya que se dividen los gastos. La vida en pareja obliga a un reajuste de la economía doméstica, es por esto que desde el principio se debe definir cuáles son las prioridades y objetivos financieros comunes.