Cuatro niños fueron asesinados este miércoles en un ataque con arma blanca en una guardería en Blumenau, en el estado brasileño de Santa Catarina.
Un hombre invadió la guardería Cantinho Bom Pastor con un arma blanca, atacó a los menores y después se entregó a las autoridades, de acuerdo con la Policía Militar.
La policía confirmó las cuatro muertes y otros chicos trasladados a hospitales de la ciudad para ser asistidos. Según el diario Folha de San Pablo, las víctimas fueron tres niños y una niña, todos de entre cinco y siete años.
La misma fuente indica que el agresor llegó en una moto, saltó un muro y eligió a sus víctimas al azar. Cuando vio a los profesores que corrieron para proteger a los chicos, el asesino volvió a saltar el muro y escapó. Más tarde se entregó a la policía.
Las autoridades informaron que al momento de entregarse el agresor se mantuvo en silencio. Aún se desconoce el móvil de semejante crimen, afirmaron.
En el lugar, de acuerdo a medios locales, el clima fue de desesperación. Los familiares de los chicos que asisten a la institución fueron llegando al enterarse del ataque, sin saber qué había pasado con los pequeños.
Inicialmente, solo los agentes de seguridad ingresaron al sitio para rescatar a las víctimas, y los sobrevivientes fueron liberados gradualmente. La agresión fue cerca de las 9 de la mañana local y alrededor de una hora después todos los niños ya habían sido sacados de la guardería y estaban junto a sus familias.
Los cuatro heridos, de acuerdo a la información oficial, son dos niñas de 5 años, un niño también de 5 y otro de 3. Un quinto niño sufrió heridas leves y fue trasladado por su propia madre el hospital, pero fue dado de alto rápidamente.
Por el momento, se desconoce el estado de salud de los otros heridos, aunque la prensa local señala que hay al menos un niño con un cuadro clínico grave.
Además de funcionar como centro de día y preescolar, la institución donde se produjo el ataque ofrece otras actividades educativas para los alumnos de escuelas públicas que asisten a contraturno.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva condenó «la monstruosidad» ocurrida: «No hay dolor mayor que el de una familia que pierde a sus hijos o nietos, aún más en un acto de violencia contra niños inocentes e indefensos», escribió en un mensaje en Twitter.
Este ataque se produce diez días después de otro que tuvo lugar en un colegio de Sao Paulo, donde un adolescente de 13 años mató a cuchilladas a una profesora e hirió a otras cuatro personas.