A lo largo de su historia el Sportivo Luqueño arrastra problemas entre miembros de su hinchada organizada, algo que se repitió en la Intermedia 2022 y vuelve a darse en el Apertura 2023 de la Primera División.
Apenas ascendió el «Chanchón» hubo un pacto de no agresión entre ambas facciones de la barra brava luqueña, firmando la «paz» con la idea de simplemente alentar al Sportivo y de esa manera arroparlo con el apoyo de su gente. Este pacto solo duró 10 fechas, ya que en la décima primera presentación auriazul, en plena semana santa, los hinchas de Luqueño no tuvieron espíritu de reflexión y se agarraron a golpes en el sector de graderías sur del Feliciano Cáceres, en medio del duelo ante Guaireña.
El personal policial tuvo que intervenir, desplegando cascos azules, siendo los hinchas comunes los que vivieron momentos de terror durante los enfrentamientos. Varias familias se vieron obligadas a abandonar el estadio por su seguridad, con el partido empañado que culminó con un 0-0 que no le sirve a ninguno de los dos equipos.
¿Hasta cuando seguirá la violencia en el fútbol?