Un festejo único e histórico para celebrar la obtención de la tercera Copa Mundial de la FIFA para los argentinos.
Igual que los hinchas, Scaloni bebe cerveza, Messi toma fernet, uniéndose a la fiesta con el micro atascado en medio de la gente. Lo que se vive en el vecino país, roza lo fantástico, con miles de personas colgadas por carteles, postes de luz, semáforos, techos de locales comerciales, y un sinfín de lugares inimaginables. Hasta llegaron a la punta del Obelisco, desbordándose de emoción.
La gente observa a sus héroes, cantan, ríen, lloran de alegría. La Albiceleste flamea en lo más alto del mundo, las calles colapsan, los organismos de seguridad están atentos, y hasta la Casa Rosada pide calma a los hinchas.
Los distintos cuerpos de bomberos rocían a la gente para aplacar el intenso calor, pero nada detiene a la marea de gente que sigue de fiesta, en un feriado inesperado, a días de las fiestas de Navidad y Año Nuevo, el pueblo argentino se llena de júbilo junto a las leyendas vivas que han traído la tercera Copa Mundial para Argentina, que representa la décima para el fútbol sudamericano.
¡A VIVIR INTENSAMENTE HERMANOS ARGENTINOS!