Maxine Young y su esposo Jacob Young se casaron en 2016 con el deseo de formar una familia. Sin embargo, con el correr del tiempo se percataron que tenían dificultades para concebir.
La pareja originaria de Berks, en el estado de Pensilvania, se sometió a diversos exámenes e incluso a dos procesos de fertilización in vitro, sin tener buenos resultados.
Al ver las nulas posibilidades de que Maxine quedara embarazada, tomaron la adopción como el mejor camino para formar una familia.
Adoptaron a cuatro pequeños que su madre biológica no podía mantener. "Fue uno de los mejores sí de mi vida", expresó Maxine al portal Newsweek.
Ya cuando tenían a cuatro integrantes nuevos en la familia recibieron una noticia que no esperaban ni en sus mejores sueños: Maxine estaba embarazada de cuatrillizos.
"No pensé que podría quedar embarazada sin hacerme una FIV o una IIU. Entonces, cuando me hice una prueba de embarazo en enero de este año, me sorprendió mucho ver un resultado positivo", contó Maxine.
La madre reconoce que en un comienzo estaba emocionada, pero después eso se convirtió rápidamente en nerviosismo.
"Los médicos hicieron que pareciera que sería imposible tener cuatro bebés sanos y querían que redujéramos su cantidad. Una vez que aceptamos que sería arriesgado, sentimos que la alegría regresaba".
"Nuestros cuatro bebés estaban sanos. Estoy tan contenta de haber seguido nuestro instinto", dice Maxine quien aclara que no hacen diferencias entre los niños más pequeños y los adoptados.
"Nuestra familia funciona y no podemos imaginarnos tener solo uno o dos hijos ahora", señala.
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